En esta primera entrada del mes de abril vamos a hablar del sistema sanitario norteamericano. Para ello hemos utilizado distintos artículos, ya sean de investigación o encontrados en la web, además de la visualización de la película Sicko, de Michael Moore. Principalmente, esta entrada servirá para hacer un comentario sobre la película documental Sicko, pero para ello es necesario profundizar sobre la estructura del sistema sanitario de EEUU.
Primeramente, debemos establecer una serie de premisas que pueden ayudarnos a entender el por qué, por ejemplo, un modelo de salud puede tener un resultado según el país en el que se aplique. Según Freire (2006), la salud no solo depende de la presencia o ausencia de enfermedad, si no que engloba, además, otros factores sociales como la política, la economía, la religión o la ética. Igualmente señala, que la salud también la determinan los factores ambientales externos y los estilos de vida, entre otros; porque, como ya sabemos, la salud es un concepto que engloba el bienestar biológico, psicológico y social.
Según Vincenç Navarro (2013), el modelo sanitario de Estados Unidos presenta centros sanitarios muy cualificados y, sin embargo, su financiación y organización es una de las peores del mundo. Este sistema sanitario gestionado por compañías de seguros las cuales deben ser contratadas por los usuarios. El estado no tiene responsabilidad sobre la gestión de la salud y cada individuo cotiza según los riesgos. Este sistema se rige por la oferta y la demanda, por lo que crea grandes desigualdades. El sistema de salud norteamericano tiene muchos detractores y, entre ellos, Michael Moore, autor de la película Sicko.
La película cuenta los testimonios de varias personas y sus relaciones con el sistema de salud norteamericano. Todas estas personas, unos teniendo seguro médico contratado y otros no, relatan sus experiencias, siempre negativas, sobre el sistema de salud. Participan en el documental también, trabajadores o ex-trabajadores de estas compañías aseguradoras, relatando muy arrepentidos sus inhumanos actos realizados. Además, el autor viaja a distintos países como Francia e Inglaterra y explica las ventajas de estos sistemas de salud en comparación con el norteamericano. Esta película tiene los ingredientes necesarios para proclamar el sistema sanitario de EEUU como un auténtico infierno, en el que no importa si tienes o no seguro médico o no, las aseguradoras buscarán la manera de desplumarte y no proveerte de la asistencia sanitaria, mientras que pagas fielmente una cuota para que te atiendan si tienes algún tipo de problema médico.
Pero, ¿cuántos organismos hoy en día no son movidos por esas exorbitantes cantidades de dinero, corrupción y avaricia, características muy comunes entre muchos de los gobernantes y altos cargos? Por esta razón, le di otra oportunidad al sistema sanitario norteamericano. Tras la lectura de los artículos de Alberto Acereda (2008) y Jorge Maestre (2007) comprendí la otra cara del sistema sanitario norteamericano, la que lo apoya incondicionalmente. Ambos autores declaran que el gobierno norteamericano es el que más ayuda económicamente a la sanidad (16% del PIB en 2006) de todos los países, incluso de aquellos con un sistema de sanidad público. Comentan que solo el 15,6% de la población norteamericana no tiene seguro ya sea por decisión propia o porque no puedan permitirse un seguro privado. Y, para este último grupo, existen distintos tipos de ayuda para ellos. El resto de la población están asegurados, ya sea a través de sus empresas o ligados a un seguro de salud mediado por el gobierno. Critican la película documental Sicko, puesto que es un tanto imparcial y cuenta solo una versión de los hechos. De estos dos artículos se puede sacar la conclusión de que el sistema sanitario norteamericano es uno de los mejores (por no decir el mejor). Por lo tanto, ambos autores solo muestran, de nuevo, una sola cara de la moneda.
Después de la revisión de los dos puntos de vista sobre el sistema sanitario norteamericano lo único que cabe decir es que, naturalmente, no es perfecto, ni el mejor. Tiene sus ventajas e inconvenientes, al igual que el resto de sistemas sanitarios del mundo. Si tuviera que elegir, un sistema sanitario para España, no elegiría el sistema norteamericano, pero es evidente que nuestro sistema necesita algunas reformas y tomar una serie de medidas que beneficien a todos, tanto a los usuarios como al Estado.
Después de la revisión de los dos puntos de vista sobre el sistema sanitario norteamericano lo único que cabe decir es que, naturalmente, no es perfecto, ni el mejor. Tiene sus ventajas e inconvenientes, al igual que el resto de sistemas sanitarios del mundo. Si tuviera que elegir, un sistema sanitario para España, no elegiría el sistema norteamericano, pero es evidente que nuestro sistema necesita algunas reformas y tomar una serie de medidas que beneficien a todos, tanto a los usuarios como al Estado.
Referencias
- Acereda, A. (2008, noviembre 17). El falso mito del mal sistema de salud en EEUU. Libertad Digital
- Freire, J. M. (2006). El Sistema Nacional de Salud español en perspectiva comparada europea: diferencias, similitudes, retos y opciones. Claridad, 2006;7: 31-45.
- Maestre, J. (2007, octubre 8). La sanidad en Estados Unidos funciona fatal. Diario de America
- Navarro, V. (2013, marzo 22). El modelo sanitario liberal: EEUU. Sistema Digital
- 'Sicko' Factual Backup
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